miércoles, 11 de abril de 2007

La receta de la mentira: una pequeña dosis de realismo

La película Shattered Glass, del director Billy Ray, nos muestra la historia de Stephen Glass, joven y prestigioso periodista del diario The New Republic que finalmente es despedido por inventar gran parte de los reportajes que escribía para este periódico.
Stephen Glass comienza a trabajar para el diario The New Republic y, poco a poco, asciende dentro del medio gracias al carisma de su personalidad y al éxito de los artículos que escribía.
Uno de estos artículos, Hack Heaven (El Paraíso del hacker) fue el que desencadenó los acontecimientos que precedieron a su despido. Este artículo describía las andanzas de un joven pirata informático que accede a las bases de datos de una prestigiosa compañía de software, Jukt Micronics. La compañía decide, en lugar de denunciarle, contratarle como asesor de seguridad. El joven hacker tenía un buen plan en su poder: con los datos que poseía sobre la empresa, éste podía chantajearla a cambio de silencio. El siguiente párrafo recoge el comienzo de dicho artículo:
"Ian Restil, a 15-year-old computer hacker who looks like an even more adolescent version of Bill Gates, is throwing a tantrum. "I want more money. I want a Miata. I want a trip to Disney World. I want X-Men comic [book] number one. I want a lifetime subscription to Playboy, and throw in Penthouse. Show me the money! Show me the money!"...
Across the table, executives from a California software firm called Jukt Micronics are listening – and trying ever so delicately to oblige. "Excuse me, sir," one of the suits says, tentatively, to the pimply teenager. "Excuse me. Pardon me for interrupting you, sir. We can arrange more money for you ...
"
El escándalo fue descubierto por la revista digital Forbes. Uno de sus redactores, Adam Penenberg, apoyado por su superior Kambiz Foroohar, elabora un artículo donde relata cómo surgieron sus sospechas sobre el reportaje escrito por Glass. Su investigación le llevó a determinar que nunca había existido una empresa de software llamada Jukt Micronics, ya que ésta no aparecía registrada en ningún lugar: carecía de página web, no figuraba en la Asociación de Fabricantes de Software, etc.
Y el periodismo digital se apuntó un tanto. Fue Forbes, una publicación on-line, la que descubrió un fraude periodístico de tal magnitud. Frecuentemente, los diarios y revistas digitales son infravalorados y concebidos como prensa sensacionalista y basada en rumores, hechos poco contrastados, etc. Pero la revista Forbes llevó a cabo una investigación exhaustiva, lo que supuso su reconocimiento y la mejora del prestigio para este tipo de periodismo.
Además, lo que resulta más grave aún es el hecho de que Glass sabía que sus historias eran inventadas y ejercía el periodismo incumpliendo uno de sus principios éticos más importantes: la narración de hechos verídicos y fielmente contrastados. No sólo eso, sino que para conseguir que sus reportajes consiguieran siempre enganchar al público, Glass se apoyó en una de las máximas contrarias al verdadero ejercicio de la profesión periodística: "No dejes que la realidad te estropee un buen reportaje". Tanto es así que, en 2003, el propio Glass publicó una novela titulada The Fabulist (El embustero), donde narra su propia experiencia: Pretendía el reconocimiento del público a costa de faltar a la verdad.
El siguiente vídeo recoge algunas de las escenas de la película con la canción de The Noose, del grupo americano Perfect Circle:

1 comentario:

Teresa Sandoval dijo...

Revisa los enlaces de este post y busca el artículo original publicado en Forbes.com donde se destapó el fraude de Glass.
El blog está muy bien. ¡Sigue así!